El arte gótico se caracterizaba por la edificación en puntas, que simbolizaba un acercamiento más profundo al cielo o mejor dicho a Dios, los arcos de las construcciones eran mucho más pronunciados, era lo moderno para esa época ya que satisfacía las necesidades para la edificación más que todo de catedrales, también dentro de esta revolución arquitectónica se le atribuyo otra mejora a este estilo y es que las catedrales necesitaban iluminarse de forma natural, partiendo de esa necesidad se crearon los vitrales, un distintivo muy llamativo que percibimos en la actualidad, para ese entonces los vitrales iluminaban todo el interior y eso coincidía con el hecho de que Dios es luz, una característica contraria al estilo románico ya que en este predominaba la oscuridad.
El arte gotico no solo paso por países europeos, también en El Salvador y específicamente en San Miguel contamos con este tipo de ejemplos, por citar uno de ellos es la capilla Medalla Milagrosa, que en su literal pequeñez posee un exquisito ejemplo de arte gótico.
La Capilla Medalla Milagrosa está ubicada donde antiguamente laboro el hospital San Juan de Dios, cuenta con más de 100 años de existencia, y entre su historia se encuentra, uno de los grandes sueños de una misionera, ella era Sor Maria Morin, que ejercía sus labores humanitarias en el sanatorio, la pasión por Morin era la religiosidad y el amor al prójimo, debido a esos principio pretendía dejar un lugar de meditación para los pacientes de dicho nosocomio.
El sueño de Morin se cumpliría, al dejar como herencia tan hermoso legado que en la actualidad se viste de color blanco, con una fachada donde se imponen los arcos pronunciados y un interior totalmente iluminado por grandes vitrales con imágenes bíblicas, también se hace imposible no percibir al fondo de la capilla un altar majestuoso que deslumbra con su color oro, no deja duda que la belleza de los pequeños detalles que conserva esta capilla son propios de un estilo gótico francés.
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