miércoles, 21 de agosto de 2013

La Biblia y Ciro El Grande.

Desde la división del reino de Israel entre los hijos del rey Salomón, hacia el año 930 a. C., los hebreos habían sido políticamente débiles, y por tanto, se habían visto prisioneros del juego político de las potencias extranjeras, y muy en particular del creciente poderío de los asirios. En 721 a. C., el reino del norte fue aniquilado por las fuerzas asirias. El reino de Judá obtuvo una prórroga, gracias a la guerra entre Asiria y Babilonia, que acabó con la entronización del Imperio Caldeo, pero cuando éste se asentó definitivamente en Mesopotamia, pudo iniciar de nuevo la agresión militarista hacia el oeste. Su rey Nabucodonosor II conquistó Jerusalén en 587 a. C., terminando con la independencia de los hebreos. Por su parte el fastuoso Templo de Salomón, el orgullo nacional de los hebreos, fue completamente arrasado. Sin duda alguna estas fueron unas de las tragedias más grandes de pueblo hebreo, la cual dio oportunidad a que un personaje se encargara de cumplir las profecías.

Los relatos cristianos hacen una mención muy representativa del rey Ciro, pero ¿cuáles fueron las profecías? y ¿cuál era el objetivo mandado por Dios para con este rey?

Para responder estas interrogantes habrá que estudiar un poco cada uno de los escritos, entre ellas están las profecías dadas por Yahvé y plasmadas en el libro de Isaías.

La profecía de Isaías afirma que Ciro declararía que tenía que reconstruirse Jerusalén y el templo. Según la Biblia, el Rey Ciro de Persia, juntamente con su aliado, Darío el Meda, invadió el Imperio de Babilonia produciendo su ruina.

· La próxima profecía confirmada por la historia se encuentra en Isaías 44:27: “Yo soy el que dice a las profundidades: “¡Secaos! ¡Yo haré secar tus ríos!” E Isaías 45:1-2 que dice: “Así dice el SEÑOR a su ungido, a Ciro, al cual tomé yo por su mano derecha para sujetar naciones delante de él y desatar lomos de reyes; para abrir puertas delante de él, puertas que no se cerrarán. Yo iré delante de ti y enderezaré los lugares torcidos; quebrantaré puertas de bronce y haré pedazos cerrojos de hierro.”

· 44:28: “Yo soy el que dice de Ciro: “Es mi pastor y cumplirá todo lo que yo quiero, al decir a Jerusalén: ‘Serás edificada’, y al Templo: Serán puestos tus cimientos.

Ciro El Grande

(Rey y siervo de Dios)

El rey de Babilonia era en aquel momento Nabónido, que había pasado buena parte de su reinado en el oasis árabe de Tema, pero había regresado a Babilonia probablemente a raíz de la amenaza de Ciro. Las campañas contra Babilonia parecen haber comenzado a finales de la década de 540 a. C. El primer hecho preciso del que se tiene noticia es la victoria de Ciro sobre los babilonios en la batalla de Opis, en el otoño de 539 a. C. Sippar se rindió, y Gobrias, gobernador persa de Gutium, entró sin batalla en Babilonia el 12 de octubre del 539 a. C., llegando Ciro varios días más tarde.

Para la conquista de Babilonia, Ciro tuvo el sustancial apoyo del sacerdocio babilonio, que estaba enfrentado con Nabónido a causa de sus reformas religiosas. A su vez, la llegada de Ciro es celebrada por la comunidad judía de Babilonia (Isaías 40-56).

Estaba claro cuál era el objetivo de Dios sobre el rey de Persia. Ciro fue uno de los instrumentos utilizado por Yahvé para liberar al pueblo judío, que si bien es cierto no estaba tan esclavizado como los estuvieron en Egipto, también se puede hacer una comparación entre los dos libertadores Moisés y Ciro El grande, en su similitud nos referimos a que ambos tuvieron la oportunidad de tener victoria ante imperios gigantes como lo era Babilonia para el rey persa y Egipto para Moisés.

Sin duda alguna Israel bíblicamente es el pueblo protegido por Dios, al que históricamente rescato de numerosas batallas por medio de mesías libertadores.



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