jueves, 26 de septiembre de 2013

¿Cuál es la verdadera imagen de Cristo?

Los textos bíblicos nos hablan sobre el mayor gesto de bondad y amor percibido por los seres humanos, gesto que fue realizado por la valentía y el coraje de un verdadero héroe de la historia del mundo, su nombre Jesús quien dio la vida por salvarnos y el cual no hemos visto pero nos hemos formado una imagen con las diversas pinturas que hacen representación de él, he aquí es cuando podemos contemplar unas de estas bellas artes plasmadas en nuestras memorias.

Cristo Pantocrátor. 
La imagen de Cristo Pantocrátor es realmente la figura de Jesús más difundida y conocida; expresa la Epifanía del Dios trascendente que ha tomado forma humana. Es la imagen del Señor del Universo, del Omnipotente.

La Patrística, fundándose en los datos del Antiguo y del Nuevo Testamento y utilizando algunas nociones y expresiones de la filosofía helenística, estableció el concepto de Pantocrátor viendo en este epíteto divino cuatro elementos conceptuales: Omnipotencia, Omniconservación, Omnicomprensión y Omnipresencia. En otras palabras Dios es Pantocrátor porque domina todo lo creado, lo conserva todo en el ser, abrazándolo y conteniéndolo todo en sí y por consiguiente, penetrándolo y llenándolo todo de sí a través de su Omnipotencia.

El Pantocrátor es una iconografía frecuente en el arte bizantino y en el arte Románico, transmitiendo a través de su imagen la fuerza y el poder justiciero de Dios, en un equivalente al poder totalitario ejercido por los monarcas cesaropapistas del Imperio bizantino, o por la nobleza feudal de la Edad Media europea.

El Pantocrátor se representa por ello bajo un aspecto severo, de expresión seria y solemne, que en ocasiones alcanza rasgos coléricos. Para mayor expresionismo gestual su fisonomía adopta el rostro con bigote, barba y larga melena negra. Es habitualmente un Cristo nimbado y a veces coronado, y cuyo gesto habitual muestra la mano derecha bendiciendo y la izquierda sobre las Sagradas Escrituras.

Jesús desnudo.
En la desnudez de Cristo no se encuentra ningún doblez o dolo sexual, sin embargo la iglesia prefirió cubrir su sexo y para indicar su masculinidad, fruto de las polémicas teológicas sobre si su naturaleza era únicamente humana o consustancial con Dios, decidió representar a Cristo apenas cubierto su sexo con un velo.

Mateo en su capítulo 27 versículo 28 nos narra que después de la flagelación de Jesús “Le desnudaron y le echaron encima un manto purpura.” (Mateo 27:28); luego aclara lo que más tarde le hacen una vez que se burlaron de él: “Cuando se hubieron burlado de él, le quitaron el manto, le pusieron sus ropas y le llevaron a crucificarle.” (Mateo 27:31) Sin embargo Jesús es crucificado desnudo según de nuevo San Mateo: “Una vez que le crucificaron, se repartieron sus vestidos, echando a suertes.” (Mateo 27:35)

Era costumbre cruel que en todos los actos de flagelación, castigo, lapidación y muerte se desnudara al reo o condenado, por lo tanto es creíble que Jesús haya sido crucificado desnudo. El “Paño de Pureza” es un invento de la Iglesia Católica, un invento por pudor, para apartar la idea corpórea y carnal de Jesús y elevar su contenido espiritual.

Los primeros en mostrar el cuerpo desnudo de Cristo fueron los artistas paleocristianos. Cuando la Iglesia impuso su poder en el mundo apareció “El paño de Pureza” o “Perizoma”, todos los artistas cubrieron el miembro de Cristo, son muy pocos los que desafiaron a la Iglesia, nos queda de aquella época una pequeña escultura de Miguel Ángel donde de nuevo se muestra el sexo de Jesús.



Pasara mucho tiempo para que los artistas nos regalen a Cristo en toda su desnudez, así Max Klinger mostrará a Jesús totalmente desnudo, donde el joven judío condenado apoya su pene en un saliente de madera de la cruz en el que está sentado, mirando con gravedad a su compungida madre, acompañada de una casi desmallada María Magdalena y numerosos personajes evangélicos (1890). Asimismo, en 1907, Lovis Corinth, en su más puro expresionismo alemán, volverá a mostrar sin tapujos a un sufriente Cristo totalmente desnudo, mientras sus verdugos le clavan en la cruz. De allí en adelante son muchos los artistas y seudoartistas que jugaran con el cuerpo de Cristo y su desnudez, unos con la ferviente convicción cristiana, otros con la intención profana de la rebeldía y la protesta, y quizás otros solo por pura blasfemia o la simple y fácil provocación que genera la exposición del sexo de este gran ícono religioso.

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