jueves, 26 de septiembre de 2013

Santísimas trinidades.


“La Trinidad” es el término empleado para designar la doctrina central de la religión cristiana: la verdad de que en la unidad de la Divinidad, hay Tres Personas, el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo, que son verdaderamente distintas una de la otra. "El Padre es Dios, el Hijo es Dios, y el Espíritu Santo es Dios, y, sin embargo, no hay tres Dioses sino uno solo". En esta Trinidad de Personas, el Hijo es engendrado del Padre por una generación eterna, y el Espíritu Santo procede por una procesión eterna del Padre y el Hijo, ¿pero para este significado es igual para la Trinidad de occidente como para la Trinidad del oriente?

Ecuación matemática que comprende a la trinidad…

1×1× 1× = 1


Santísima Trinidad Occidental
El misterio de la Santísima Trinidad -Un sólo Dios en tres Personas distintas-, es el misterio central de la fe y de la vida cristiana, pues es el misterio de Dios en Sí mismo.

Aunque es un dogma difícil de entender, fue el primero que entendieron los Apóstoles. Después de la Resurrección, comprendieron que Jesús era el Salvador enviado por el Padre. Y, cuando experimentaron la acción del Espíritu Santo dentro de sus corazones en Pentecostés, comprendieron que el único Dios era Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Los católicos creemos que la Trinidad es Una. No creemos en tres dioses, sino en un sólo Dios en tres Personas distintas. No es que Dios esté dividido en tres, pues cada una de las tres Personas es enteramente Dios.

Para explicar este gran misterio, existen ciertos símbolos que son entendibles a nuestra razón: La Santísima Trinidad es simbolizada como un triángulo.

Cada uno de los vértices es parte del mismo triángulo y sin embargo cada uno es distinto
También podemos simbolizar a la Santísima Trinidad como una vela encendida: La vela en sí misma simboliza al Padre, la cera que escurre es el Hijo, que procede del Padre y la llama encendida es el Espíritu Santo. Los tres son "vela", pero son distintos entre sí. Hay quienes simbolizan a la Santísima Trinidad en forma de trébol. Cada una de las hojas es "trébol" pero son distintas entre sí.

Cada vez que hacemos la Señal de la Cruz sobre nuestro cuerpo, recordamos el misterio de la Santísima Trinidad.
En el nombre del Padre: Ponemos la mano sobre la frente, señalando el cerebro que controla todo nuestro cuerpo, recordando en forma simbólica que Dios es la fuente de nuestra vida.
Y del Hijo: Colocamos la mano en el pecho, donde está el corazón, que simboliza al amor. Recordamos con ello que por amor a los hombres, Jesucristo se encarnó, murió y resucitó para librarnos del pecado y llevarnos a la vida eterna.
Y del Espíritu Santo: Colocamos la mano en el hombre izquierdo y luego en el derecho, recordando que el Espíritu Santo nos ayuda a cargar con el peso de nuestra vida, el que nos ilumina y nos da la gracia para vivir de acuerdo a los mandatos de Jesucristo.




Santísima Trinidad Oriental

En el centro del icono el autor presentó la figura del ángel que simboliza a Jesucristo (Por lo común, en el centro se presentaba el ángel que simbolizaba a Dios-Padre). El colorido de las vestiduras es característico para la iconografía de su imagen. Detrás de Jesucristo se encuentra el árbol verde del encinar de Mambré, símbolo de la vida eterna.

A la derecha de la figura de Jesús vemos al ángel que simboliza al Espíritu Santo. Detrás de él, una colina representando el escalamiento espiritual hacia el cielo. Las figuras de dos ángeles, la colina y el árbol, se ladean hacia la tercera figura, Dios-Padre, detrás de la cual se encuentra el edificio que simboliza la casa de Dios, el orden divino del universo. Jesucristo bendice el cáliz con la cabeza del cordero degollado, símbolo del sacrificio de Jesús, y dos ángeles inclinan la cabeza en señal de acuerdo y obediencia.

Rubliov los presenta en apacible coloquio, sumidos en profundas meditaciones. Los ángeles aparecen con la cabeza suavemente inclinadas, unidos por la concordancia espiritual, serenos, hasta parecería que tristes, pero en realidad su alegría es interior. Cuesta trabajo diferenciarlos, pues tienen los tres el mismo rostro, como invitando al espectador a meditar sobre el misterio de la Trinidad. La paleta de Rubliov logró unir la fuerza contenida de la gama de colores del icono con los matices apenas perceptibles de las tonalidades claras y luminosas, que parecen emitir una luz dulce. La composición del cuadro se basa en la sucesión rítmica de las líneas curvas que dan la idea de un círculo; las ligeras figuras alargadas de los ángeles hacen juego con los contornos del cáliz y de la colina, del árbol y del edificio.

Al parecer las Trinidades de oriente y occidente tienen un similar significado excepto por que la trinidad de oriente se revela un poco más profunda en el sentido que trata de hacer un poco mas de detalles los cuales simbolizan una serie de atributos al reino de Dios, mientras que la Trinidad de occidente si bien es más específica, un poco más superficial no deja de tener la belleza y el significado que transmiten los símbolos que en ella se encuentran.










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